Volos: belleza y naturaleza épicas

La polifacética Volos, patria de Jasón y los Argonautas, ocupa un lugar de excepción en la mitología griega, y también cuenta con uno de los entornos naturales más espectaculares de Grecia. Esta vivaz y soleada ciudad portuaria es la capital de la región de Magnesia, en Tesalia, que debe su nombre a la abundancia de dicho mineral. Está ubicada en la costa continental griega, a mitad de camino entre Atenas y Salónica. Volos puede presumir de una maravillosa ubicación en el golfo de Pagastikos, frente a la península de Pelión, que se adentra en el mar Egeo. Esta exuberante y verde península, llamada así por el rey Peleo, padre de Aquiles, era el mítico hogar de los centauros, animales mitad humanos y mitad caballos. En su cumbre más alta, el monte Pelión, fue donde tuvo lugar el legendario concurso de belleza entre las diosas Hera, Afrodita y Atenea que, finalmente, condujo a la Guerra de Troya. No es de extrañar que una región tan hermosa y exuberante esté repleta de leyendas, como la de Jasón, que salió desde allí con los Argonautas en busca del Vellocino de Oro. Volos es el punto de partida hacia las estribaciones del monte Pelión, cuyas laderas boscosas están salpicadas de rústicos pueblecitos, y la puerta de entrada a los etéreos monasterios de Meteora.

En Volos encontrará todo lo necesario para pasar un emocionante (o relajante) día en tierra. Al bajar de su crucero en Volos, descubrirá una dinámica ciudad universitaria cuyo frenético ritmo le sumergirá en un torbellino de actividad. Pasee por la orilla de su hermoso puerto natural y descubra las tsipouradika (tabernas tradicionales) antes de dirigirse hacia las joyas arquitectónicas, tanto antiguas como neoclásicas, que alberga. De camino encontrará grandes mansiones urbanas junto al duradero patrimonio industrial de la ciudad. Déjese llevar por el bullicio y la actividad hasta llegar al lugar de reunión favorito de todo Volos, Kontaratou, donde hallará incontables cafés y restaurantes de todo tipo.

Museo Arqueológico de Volos

El Museo Arqueológico Athanasiko de Volos, construido en 1909 en un hermoso jardín de rosas, es un lugar de visita obligada. Muchos de los objetos aquí expuestos se descubrieron a principios del siglo veinte o durante las excavaciones modernas en Tesalia, y cuenta con algunos de los primeros hallazgos encontrados en los enclaves arqueológicos de Sesklo y Dímini (este último está en el lugar donde se situaba la antigua Yolco, desde donde partieron Jasón y los Argonautas). El museo atesora maravillosas colecciones con monedas, joyas, artefactos de oro, herramientas, armas, excepcionales estelas funerarias y antiguas tumbas, que datan desde el Neolítico hasta la época romana. Si desea conocer su pasado más reciente, el Museo de la Ciudad de Volos, ubicado en un antiguo almacén de tabaco en el distrito de Palaia, exhibe evocadoras fotos que narran la historia de Volos desde el siglo diecinueve en adelante, y cuenta con una sección fascinante sobre el intercambio de población de 1923 entre Grecia y Turquía. No olvide visitar la fantástica cafetería del museo.

Estación de Ferrocarril Histórica de Volos

Merece la pena visitar la Estación de Ferrocarril Histórica de Volos, diseñada por el ingeniero italiano Evaristo De Chirico y construida en 1884, que presenta una elaborada arquitectura neoclásica y un impresionante techo decorado con madera. Fue uno de los pocos edificios que quedaron intactos tras el devastador terremoto que arrasó Volos en 1955. En la primera planta del edificio encontrará el Museo del Ferrocarril de Tesalia, donde se exponen numerosos objetos como fotografías antiguas, telégrafos, uniformes, partes de motores y máquinas de billetes que muestran la historia de la estación. Si después de visitarlo le apetece un viaje en tren, con la excursión en el tren de Pelión volverá al pasado; en concreto, a 1896, año en el que este ferrocarril de vía estrecha entró en servicio en Volos. Este tren a vapor de cuatro vagones recorre una solitaria ruta montañosa entre Ano Lechonia y Milies, realizando una breve parada en el pueblo de Ano Gatzea.

Tabernas tsipouradika

En el hermoso paseo marítimo de la avenida de los Argonautas, que recorre la orilla del puerto, podrá admirar una réplica de la Argo, antigua nave de Jasón y los Argonautas. Al seguir el camino pavimentado alrededor del paseo marítimo, verá multitud de yates y coloridos botes de pesca. También encontrará las tabernas tsipouradika, que tanta fama dan a Volos. Estos restaurantes informales sirven deliciosas comidas acompañadas de tsipouro, un aguardiente de orujo. Con casi 600 tsipouradika en Volos, la ciudad es todo un destino gastronómico por derecho propio. Junto con su tsipouro, le servirán dos o tres sabrosos mezedes o meze (tapas), que pueden ser de pescado y marisco fritos, carne, aceitunas, queso, verduras encurtidas, pimiento rojo ahumado, hojas de vid rellenas y mucho más. Son platos pequeños, pero no se preocupe: ¡cada tsipouro vendrá acompañado de más meze! Si prefiere una opción más saludable, pruebe el spentzofáï, un guiso local elaborado con salchicha de cerdo en rodajas, chalota y pimiento rojo y verde.

Monte Pelión

Volos es la ciudad más cercana al monte Pelión, por lo que podrá disfrutar fácilmente de este paraíso natural pasando un día en sus colinas. Considerado por muchos como la región más impresionante de Grecia, Pelión es como un mítico país de las maravillas gracias a su salvaje vegetación, en la que abundan olivares, plátanos, valles ocultos, cascadas, densos bosques y hermosas playas. Los pueblos de montaña son las auténticas joyas de Pelión. Makrinitsa, conocido como “el balcón del monte Pelión”, está a 700 metros sobre el nivel del mar y tiene unas impresionantes vistas a todo el golfo de Volos. También podrá disfrutar del pueblo de Tsangarada, con sus estrechas callejuelas adoquinadas, plátanos milenarios y unas espectaculares vistas del mar Egeo. Si prefiere un relajante día de playa, en el extremo oriental de la península encontrará las playas más exóticas, incluidas las de Fakistra, Horefto, Papa Nero Agios Ioannis y Mylopotas. Si le gustó la película Mamma Mia, no deje de visitar la costa de Damouchari, lugar donde se rodó la escena de “Dancing Queen”.

Meteora

Encantadora, de otro mundo, simplemente impresionante; las extraordinarias formaciones rocosas y los monasterios en los acantilados de Meteora invitan a usar el superlativo. Ubicado en el corazón de la Tesalia oriental, el complejo de monasterios de Meteora (que significa “suspendido en el aire”) es Patrimonio Mundial de la UNESCO y una de las excursiones de día completo más populares desde Volos. Es posible que los aficionados al cine reconozcan el paisaje único de la zona. Sus grandes rocas, que llegan a alcanzar los 400 metros de altura, fueron uno de los escenarios donde se rodó el largometraje de James Bond Solo para sus ojos. Estos gigantes de piedra albergan los improbables cimientos de algunos de los mayores y más vertiginosos monasterios ortodoxos orientales, algunos de los cuales datan de finales del siglo once.

En Meteora, es necesario ver para creer. A su llegada desde Volos, alzará la mirada al cielo y descubrirá las rocas gigantes que parecen surgir de la nada. A sus pies encontrará el tranquilo pueblo de Kastraki, con una potente y elevada energía espiritual. De los 30 monasterios históricos, seis siguen aún en uso y están abiertos al público, incluidos los de Rousanou (que hoy en día alberga un convento), Varlaam, que fue erigido en 1541 y hoy es el hogar de siete monjes, la Santísima Trinidad, San Esteban (que también alberga un convento de monjas), San Nicolás Anapausas, habitado por un solo monje, y el Gran Meteoro, de mediados del siglo catorce, que es el más grande. Sus exquisitos frescos son tan admirables como las vistas panorámicas desde lo alto del monasterio. Podrá acceder a estos espectaculares monasterios por unas escaleras talladas en la roca. Fíese de nosotros: las impresionantes vistas desde la cima bien merecen el ascenso.

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