Santorini es, sencillamente, espectacular

Muy pocas islas en el mundo tienen el poder de fascinación de Santorini. Hermosa y cosmopolita, Santorini es la clásica isla griega de las fotos, repleta de casas pintadas de blanco que se agolpan a lo largo de estrechas callejuelas y se alzan sobre rojizos acantilados volcánicos a más de 300 metros sobre la amplia caldera. No es difícil entender por qué esta isla, auténtica perla del archipiélago de las Cícladas, reclama ser la Atlantis de las antiguas leyendas. Santorini, o Thera, como se la conoce en griego, es famosa por las impresionantes vistas de su caldera volcánica, formada durante una gigantesca erupción alrededor del año 1646 a. C. que hizo temblar toda la isla (tanto, que el centro de la misma colapsó), pero también creó un entorno espectacular.

La fabulosa Fira

La mejor manera de llegar a Santorini es por mar; sabrá por qué cuando, desde el barco, divise la caldera flanqueada por imponentes acantilados. Desde el antiguo puerto podrá desplazarse, ya sea a pie o en teleférico, a la emblemática y bulliciosa Fira. donde se deleitará paseando por sus calles encaladas y contemplando las vistas de la caldera, ya que la ciudad se encuentra a más de 335 metros sobre el mar. Es poco probable que pueda disfrutar de esta maravilla en solitario, pero parte de la magia de Santorini está en la energía de la gente que llega, como usted, a admirar este lugar prodigioso. Relájese, tome un café y vaya de compras por la isla. Es uno de los mejores sitios del Egeo. Fira también es la capital de la isla y centro de su vida nocturna.

Akrotiri

El atractivo cultural estrella de Fira es su pequeño, pero excelente, Museo Arqueológico. Entre los artefactos expuestos encontrará artísticos jarrones y ánforas del período Arcaico, así como los famosos frescos de los monos azules, recuperados del segundo emplazamiento cultural más importante de Santorini: las ruinas de la ciudad minoica de Akrotiri, de la Edad de Bronce, que se encuentran en el extremo sur de la isla. Akrotiri le asombrará, quizá más que cualquier otro enclave interior de Santorini, por, entre otras cosas, ser una excavación activa. Gracias a la adición de modernas pasarelas elevadas, podrá explorar los edificios y el diseño del asentamiento, que estuvo habitado en el siglo dieciséis a. C., es decir, mucho antes de que la infame erupción volcánica de Santorini lo enterrara todo bajo una montaña de cenizas, creando un tsunami que arrasó con la civilización minoica de la cercana Creta. En la excavación siguen saliendo a la luz coloridos frescos, recipientes tallados y otros tesoros artísticos. Elija qué lugar desea visitar antes: el museo de Fira o Akrotiri. Sin duda, los dos son de visita obligada. Esta emocionante experiencia le abrirá una ventana al épico pasado que dio forma a la historia del mundo.

Playas de Santorini

Puede que Santorini no sea famosa por sus resorts de playa, pero eso no quiere decir que no los haya. Tras la visita a Akrotiri, acérquese a la vecina Kokkini, o Playa Roja: un lugar espectacular en el que podrá bañarse en azules aguas cristalinas bajo imponentes rocas volcánicas rojizas. La preciosa playa de arena negra de Kamari se encuentra cerca de las ruinas de la antigua Thera, un evocador emplazamiento arqueológico ubicado en una escarpada cresta del pico Messavouno, con vistas al mar Egeo. Al sur de estas ruinas encontrará Perissa, otra playa famosa por su arena volcánica negra. Tanto Kamari como Perissa se encuentran en el este de Santorini. Cerca del punto más meridional de la isla, la playa de Vlyhada presenta un paisaje único de tipo lunar.

El mágico Oia

Con un área de solo 95 kilómetros cuadrados, Santorini es una isla pequeña. Por ello, una de las mejores cosas que puede hacer allí es pasear y disfrutar de sus increíbles vistas, únicas en el mundo. Podrá realizar rutas en quad y safaris en 4×4, aunque le recomendamos un paseo por el sendero del acantilado que une Fira y Oia. Tardará unas tres horas en recorrerlo, pero la experiencia merece la pena. El pueblo de Imerovigli, a mitad de camino, es el punto más elevado de la isla. De ahí que sea conocido como “el balcón del Egeo”.

En lo alto del acantilado, en el extremo norte de Santorini, encontrará la localidad de Oia, famosa por sus impresionantes vistas de la puesta de sol sobre la caldera y la cercana isla de Therasia. En este típico pueblo de las islas Cícladas podrá admirar iglesias de cúpulas azules y casas encaladas sobre el acantilado, muchas de ellas excavadas en la roca volcánica, y encontrará multitud de encantadores restaurantes y tiendas. No deje de visitar la famosa librería Atlantis Books mientras pasea por las callejuelas de este bello pueblo. Si prefiere las actividades al aire libre, podrá contemplar el idílico y pequeño puerto de Ammoudi tras descender unos 200 pintorescos escalones. Sentirá el embrujo del lugar, y puede que incluso quiera quedarse allí un mes entero. No se preocupe, es normal: es la magia atemporal de Santorini.

Sabores de Santorini

Quizá quiera descubrir los sabores únicos de la cocina tradicional de Santorini. Un dato curioso: gracias a la tierra volcánica de la isla, repleta de nutrientes, los tomates cherry que crecen aquí son excepcionalmente sabrosos. Encontrará más información sobre ellos en el Museo de la Industria del Tomate. La isla también es conocida por sus habas y alcaparras. ¡Y, por supuesto, también está el vino! Gracias a su tierra y microclima únicos, la tradición vinícola de Santorini data de miles de años atrás. Los viñedos cercanos a pueblos como Megalochori son famosos por su Assyrtiko y otras prestigiosas variedades de vino blanco. Degústelos y disfrute de una experiencia educativa visitando alguna de las bodegas locales.

En cuanto a la comida, es realmente difícil encontrar un restaurante malo en Santorini. Para disfrutar de los manjares locales (tomates, habas y alcaparras de la huerta) con unas fabulosas vistas a la caldera, uno de los mejores es el restaurante Argo, en Fira. En Throubi encontrará una comida fantástica y preciosas vistas. Si le apetece un sofisticado cóctel, no dude en ir al Buddha-Bar Beach en la finca La Maltese, en Imerovigli: un impresionante enclave que mira al mar sobre el acantilado. También podrá disfrutar de una comida memorable, con imponentes vistas del mar y el cielo, en el bar restaurante Mylos, ubicado en el pequeño pueblo de Firostefani, a mitad de camino entre Imerovigli y Fira.

Un primer plano volcánico

Aunque sin duda es increíble poder admirar desde los acantilados la brillante superficie del mar azul en la caldera inundada, una excursión en barco le permitirá contemplar de cerca los restos volcánicos de Santorini. Es la mejor manera de ver los negros islotes de lava de Palea y Nea Kameni (“antigua y nueva isla quemada” en griego). Podrá darse un chapuzón en las aguas termales de Palea Kameni y ver de cerca el borde del cráter volcánico de Nea Kameni, aún en activo. Santorini es, desde luego, un destino lleno de glamour, pero estos impresionantes enclaves geológicos nos recuerdan que fue la naturaleza lo que puso a la isla en el mapa (¡literalmente!).

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