La cocina cretense es mundialmente reconocida como cuna de la dieta mediterránea, quizá la más sana del mundo. Su base son las frutas y verduras, los cereales, las legumbres y el aceite de oliva. En ella destacan, por encima de la carne roja, fuentes magras de proteína como el pescado y las aves.

Además de cuidar del bienestar y la salud, refleja la rica diversidad de la naturaleza cretense y su increíble variedad de aromas y sabores.  Es toda una fuente de inspiración para la cocina europea y mundial.

Históricamente, los cretenses se alimentaban de lo que producían sus tierras.

Es su turno. Todo un alimento para el alma.  Vivirá una experiencia sensorial única e inolvidable.

Y quién sabe, quizá hasta le cambie la vida.  Esta excursión no es recomendable para personas con dificultad para caminar.