Syros es la isla del tesoro del Egeo

En la deliciosa y soleada Syros, todo parece estar diseñado para el asombro. Esta isla, que se encuentra en el centro geográfico de las Cícladas, es realmente extraordinaria. Syros fue una de las muchas islas del Egeo que, en 1832, se incluyeron en la composición del estado griego. La elegante ciudad portuaria de Ermoupoli, capital de la prefectura, se construyó principalmente en la década de 1820, durante la Guerra de Independencia de Grecia. Tal como refleja su orgullosa arquitectura neoclásica, la ciudad prosperó enormemente. Por supuesto, Grecia también es sinónimo de historia antigua: el nombre de Syros proviene de una palabra fenicia que significa bendición o riqueza, y la isla ya fue mencionada por Homero. Por ella pasaron piratas, sarracenos, venecianos, el corsario Barbarroja y muchos otros. En 1821, con el surgimiento de la revolución griega, Syros acogió a refugiados griegos provenientes de aquellas islas del Egeo que aún seguían bajo la ocupación otomana, como Quíos y Psará. Esta nueva población enriqueció aún más a Ermoupoli, que adquirió el ambiente y aspecto de una pequeña ciudad del este de Europa. La ciudad sigue conservando su carácter, que hace de ella uno de los lugares más singulares de las islas griegas. Al llegar por mar, observará las dos grandes colinas que dominan el puerto; una es el casco antiguo de Ano Syros, en cuya cima se encuentra la catedral católica de San Jorge, del siglo XIII (bajo el dominio otomano, la mayoría de los habitantes eran católicos). La otra colina está coronada por una iglesia ortodoxa griega. En la cosmopolita Syros, los habitantes católicos y los ortodoxos celebran la Pascua el mismo día.

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Puerto de Ermoupoli

Desde el mar, Ermoupoli se alza como la visión hollywoodiense de la perfecta isla mediterránea paradisíaca. A diferencia de las “típicas” islas Cícladas de encaladas casas cubiformes que se agolpan frente al mar, las sublimes edificaciones de la ciudad narran el ecléctico y orgulloso legado arquitectónico de un enclave singular. Esta no es una ciudad antigua, ya que fue creada por los refugiados de las islas griegas en el siglo XIX. Su población estaba compuesta por gentes perseguidas y ambiciosas que lucharon contra la adversidad para ir en busca de sus sueños y consiguieron transformar la otrora oscura ciudad isleña en un importante punto comercial del este del Mediterráneo y uno de los más prestigiosos centros intelectuales de la Grecia moderna. Ermoupoli fue, durante mucho tiempo, el principal centro marítimo, industrial y comercial del nuevo estado griego. A su derecha verá los impresionantes astilleros Neorio, que jugaron un importante papel en la historia industrial de Grecia. Akti Ethnikis Antistaseos, frente al mar, está repleta de cafés, tiendas y restaurantes de todo tipo. Podrá encontrar buen marisco y pescado en prácticamente cualquier restaurante. Si le apetece un plato de pasta o pizza, Amvix, en el número 26, es el mejor restaurante italiano de Syros. Junto al paseo marítimo encontrará la iglesia de la Asunción de la Virgen. Por fuera parece sencilla, pero en su interior guarda un icono del Greco.

Plaza Miaouli

Siga la calle Eleftherios Venizelos, que comienza en el Monumento Nacional a la Resistencia, y cruce la calle comercial Petrou Protopapadaki, una elegante vía curva pavimentada de mármol. Durante su paseo por Ermoupoli, llamada así en honor a Hermes, antiguo dios griego del comercio y los viajes, descubrirá que la ciudad realmente hace honor a su nombre. Visite sus pastelerías para probar alguna de las especialidades locales, como el logboumi de Syros, un dulce parecido al malvavisco en un encantador envoltorio, los halvadopites (pasteles de guirlache) o los pastelaries (higos secados al sol con sésamo). Si le llama más la historia, no deje de visitar la gran plaza de Miaouli, bordeada de edificios neoclásicos. El más importante es el ayuntamiento de Ermoupoli, construido en 1891 y diseñado por el arquitecto Ernst Ziller. También alberga el pequeño museo arqueológico de la isla, en el que encontrará piezas que van desde el período prehistórico hasta la época romana tardía. Como destino gastronómico, solo la cercana Miconos rivaliza con Syros, que atrae a una pudiente multitud con sus encantos culinarios. En los jardines de Avant Garden podrá disfrutar de la cocina creativa del Egeo, y en el hermoso Mazi descubrirá una inspirada cocina griega.

Vaporia (Pequeña Venecia)

Dando un corto paseo desde la gran plaza de Miaouli, llegará a otra elegante parte de la ciudad, puede que aún más sugerente: el distrito de Vaporia, también conocido como la Pequeña Venecia (no la confunda con la “Pequeña Venecia” de Miconos). Pasará por el emblemático teatro Apollon, un teatro y ópera municipal erigido en 1864 a imagen de La Scala de Milán. Pronto se encontrará en un apacible barrio de casas de marineros, muchas de ellas con balcones con ménsulas de mármol sobre grandes puertas de madera tallada, que trazan el contorno de la orilla del mar. Cuando llegue a la iglesia de San Nicolás, con su gran cúpula azul (la verá en la aproximación al puerto por mar), podrá recorrer la pendiente que conduce a la encantadora playa “urbana” de Asteria. En el café de la playa podrá disfrutar de un refrigerio, un café o una ensalada. Únase a los lugareños y dese un baño en sus tranquilas aguas turquesa con los elegantes edificios de Vaporia de fondo.

Ano Syros

Al igual que París tiene su colina de Montmartre, con la catedral del Sacre-Coeur en la cima, Ermoupoli tiene Ano Syros, también llamado Apano Hora, que significa “la parte alta de la ciudad” y está coronada por la basílica de San Jorge desde 1598. Esta parte de la ciudad fue fundada por colonos venecianos en el año 1200. Ano Syros, centro de la comunidad católica de la isla, alberga también un monasterio jesuita y otro capuchino, en el que se encuentra la iglesia de San Giovanni, del siglo diecisiete. También es el lugar de nacimiento de Márkos Vamvakáris, famoso músico griego del siglo XX considerado el padre del rebetiko, un género de canción urbana popular de Grecia. Para ahorrar tiempo y evitar las pronunciadas pendientes de Ano Syros, puede pedir un taxi desde el puerto; le costará unos cinco euros. No importa cómo llegue a la cima; una vez en ella, podrá disfrutar de las estrechas calles empedradas, que le harán viajar atrás en el tiempo, y contemplar las impresionantes vistas del puerto de Ermoupouli y de las cercanas islas Cícladas de Tinos y Miconos. Este marco incomparable le permitirá admirar el increíblemente rico tapiz cultural de Syros, su orgullo marítimo y su legado griego revolucionario.