La “gran isla” de Grecia

La mítica Creta es la quinta isla más grande del Mediterráneo y la mayor de Grecia, pero no es una isla griega más: sus paisajes y su cocina son inigualables, y gracias a lugares como Cnosos, donde podrá ver un sinfín de ruinas de la civilización minoica, goza de un acervo cultural sin parangón. Debido al gran tamaño de la isla, anclada en el extremo sur del mar Egeo, es imposible descubrir todos sus encantos de una sola vez, pero merece la pena conocer sus lugares más destacados, aunque sea en una breve visita. De este a oeste, la isla mide unos 257 kilómetros de largo. La distancia es mucho menor entre el norte y el sur, donde abundan las zonas montañosas y agrestes. De hecho, según cuenta la leyenda, Zeus, el más poderoso de los antiguos dioses griegos, nació en una cueva montañosa en el centro de la isla. Creta es un paraíso de auténtica naturaleza mediterránea virgen, una isla cuajada de encantadoras aldeas de montaña y pintorescas villas costeras. Lo más impresionante, sin embargo, es su abundante patrimonio cultural: Creta fue la cuna de la antigua civilización europea y floreció durante los cuatro siglos de dominio veneciano. En la isla del Greco y Nikos Kazantzakis, autor de Zorba el griego, encontrará la inspiración a cada paso.

Heraclión y Cnosos

Las ciudades más grandes de Creta se encuentran en la costa norte: su capital Heraclión, Rétino y La Canea. Heraclión, ubicada en el centro de la costa norte de la isla, debe su nombre a Heracles, más conocido como Hércules. Heraclión era el puerto del palacio minoico de Cnosos. También fue conocida como Kastro (castillo) y Megalo Kastro (gran castillo) en tiempos bizantinos, albergó la fortaleza árabe de El Khandak y, bajo el dominio de la República de Venecia, recibió el nombre de Candía. Los venecianos construyeron las murallas que aún rodean el centro de la ciudad y la fortaleza Roca al Mar, ahora llamada Koules, en la entrada al puerto de Heraclión, Frente al puerto podrá observar unos poderosos arcos de piedra: eran los astilleros en tiempos venecianos. Pese a la gran cantidad de tiempo y dinero que la República de Venecia invirtió en la defensa de Heraclión, esta finalmente cayó a manos de los otomanos quienes, en 1669, le dieron el nombre de Kandiye.

El corazón de la ciudad de Heraclión es la fuente Morosini, en Liontaria (la plaza del León), pero la atracción cultural más importante de la ciudad y, por ende, de toda Creta, es el Museo Arqueológico de Heraclión. que alberga la mayor colección de artefactos de la civilización minoica, la primera de Europa. Las creaciones elaboradas por los isleños entre el 2700 a. C. y el 1450 a. C. son realmente asombrosas. Entre la vistosa joyería minoica, podrá dejar volar su imaginación con el colgante de las abejas de oro, el disco de Festo y la exquisita estatuilla del saltador de toros. Las ruinas del palacio minoico de Cnosos se encuentran a las afueras del centro de la ciudad, en un colosal emplazamiento de la Edad de Bronce que alberga cientos de muros y salas interconectadas, entre las que se encuentra la que el famoso arqueólogo Sir Arthur Evans identificó como el megarón o Gran Salón. Podrá imaginar al legendario rey Minos recibiendo a la corte justo encima del laberinto que encierra a su hijo, el mítico ser mitad hombre, mitad toro conocido como el Minotauro. El lugar está repleto de vasijas pithos decoradas y coloridos frescos, aunque muchos de los originales, como el del príncipe de los lirios y el del famoso salto del toro, se encuentran actualmente en el Museo Arqueológico de Heraclión. En Festo, al sur de Heraclión, se halla otro importante emplazamiento arqueológico palaciego de la civilización minoica.

Agios Nikolaos

Siguiendo la bella costa cretense al este de Heraclión, encontramos las dinámicas ciudades turísticas de Quersoneso y Malia, así como Agios Nikolaos, capital de la región de Lasithi. Esta encantadora ciudad, que toma su nombre de san Nicolás, patrón de los marineros de Grecia, se encuentra frente a la amplia bahía azul de Mirabello. Cuenta la leyenda que la diosa Atenea se bañó en el lago circular Voulismeni, todo un símbolo que conecta la ciudad con el mar. Recorra el paseo marítimo y admire el moderno mural del Minotauro. ¡La ciudad de Agios Nikolaos está repleta de lugares por descubrir! También cuenta con emplazamientos históricos: al norte de la ciudad, en el golfo de Elounda, encontrará la isla de Spinalonga, que conserva intactas muchas de sus fortificaciones venecianas. Este golfo jugó un importante papel en la revuelta cretense contra los turcos (1866-1869).

Gargantas y espléndidas playas

Creta es perfecta para escapadas bajo el sol, pero su agreste y escarpado litoral la convierte en todo un paraíso para los amantes del senderismo. La isla cuenta con más montañas y desfiladeros que espacios abiertos y llanuras (aunque también los encontrará en abundancia). La garganta más espectacular es la de Samaria, que está enclavada en las Montañas Blancas, en la costa sur de Creta (región de Chania), y forma parte de una reserva de la biosfera protegida. Esta popular ruta, que recorre el desfiladero a lo largo de 16 kilómetros, muestra todo el atractivo de su entorno agreste y apartado. El recorrido comienza a más de 1200 metros de altura y finaliza en el mar de Libia. Gracias a su emplazamiento meridional, la temporada de playa de Creta es una de las más largas de Europa. Tanto en la costa sur como en la norte, las aguas son cálidas y adecuadas para el baño hasta bien entrado octubre.

La deliciosa cocina de Creta

Con unos 35 millones de olivos y lagares que datan del año 1500 a. C., no es de extrañar que la gastronomía cretense sea tan sabrosa y especial. Creta produce una tercera parte de todo el aceite de oliva de Grecia; el 90 % del mismo es virgen extra. La isla presenta una biodiversidad única, con un sinfín de plantas y hierbas autóctonas.

Según el afamado nutricionista griego Stefanos Pertsemlides, “la dieta cretense no se diferencia mucho de la griega/mediterránea; lo inusual es la amplia variedad de ingredientes que encontramos en Creta. Esto es realmente especial, sobre todo tratándose de una isla”. De hecho, el concepto de “dieta mediterránea” está basado en la dieta cretense de principios de los años 50 del siglo pasado, cuando “un importante estudio reveló que la dieta cretense era un factor clave en la prevención del cáncer y las enfermedades cardiovasculares”, añade Pertsemlides. Disfrute de las salchichas de cerdo adobadas, el souvlaki de pollo marinado con yogur y ajo o los dakos: tostadas de pan con tomate picado, queso cremoso y aceite de oliva, y no se vaya sin probar sus tradicionales aperitivos, los meze. Descubrirá que la cocina cretense es una delicia para todos los paladares. que podrá degustar en restaurantes como Ferryman, en Elounda, Peskesi, en Heraclión y Portes, y Ta Chalkina, en La Canea, aunque hasta la más humilde de las tabernas de Creta ofrece deliciosos platos típicos de la isla.

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