El inicio de su odisea hasta Éfeso
Destacados
Éfeso, Patrimonio Mundial
Hace mucho tiempo, los lidios y carios, que adoraban a la diosa anatolia Cibeles, se asentaron en Éfeso. En el siglo diez a. C., colonos jonios llegaron al entonces enclave costero y combinaron el culto de Cibeles con su propia veneración a la diosa Artemisa: su versión consistía en una misteriosa figura a la fertilidad manifestada en el arte con numerosos pechos. Su culto era tan popular como Éfeso, hasta que el rey lidio Creso la asoló y destruyó en el 550 a. C. Reconstruyó la ciudad cerca del templo de Artemisa, donde permaneció hasta el 301 a. C. y el advenimiento de Lisímaco, general de Alejandro Magno, que volvió a reubicarla al comprobar que el puerto se enfangaba. Para cuando los romanos llegaron a Éfeso, la ciudad superaba con creces los 200 000 habitantes, lo que la convertía en el centro comercial y financiero del Este y, por mucho, la ciudad más grande de Anatolia.
Principales atracciones de Éfeso
Actualmente quedan restos de los distintos periodos de la historia de Éfeso, pero la gran mayoría de las ruinas son romanas. Por suerte, son las más espectaculares y, sorprendentemente, muchas permanecen intactas. Podría deambular durante horas por sus antiguas calles y, aun así, no llegar a verlo todo. En palabras de Mark Twain: “Recorre estas amplias llanuras por donde quieras y encontrarás los fragmentos de mármol más exquisitamente tallados… y, emergiendo del suelo o tumbadas sobre él, hay columnas acanaladas de pórfido y mármoles preciosos. A cada paso encontrarás capiteles tallados con elegancia, basamentos enormes y placas pulidas con inscripciones griegas. Es un universo de valiosas reliquias”.
Las ruinas más famosas de Éfeso corresponden a la biblioteca de Celso, inaugurada en el año 125. La fiel reconstrucción de su imponente fachada de mármol está decorada con grabados de temas vegetales y un estatuario de retratos. El edificio está orientado al este para aprovechar al máximo la luz matinal. También cabe destacar el emblemático templo de Adriano, monumento real con un característico tímpano semicircular (entrada decorativa) con una figura femenina tallada, posiblemente Medusa, en la parte sur de la avenida de los Curetes, que en el pasado conectaba la biblioteca de Celso con la puerta de Hércules. En su lista de Éfeso, también podría incorporar el antiguo teatro al aire libre (con capacidad para 25 000 espectadores), el Odeón (un teatro más pequeño), el gimnasio de Vedius y la basílica de San Juan. La ruinas también incluyen complejos de baños y termas de a partir del siglo cuatro a. C. e, incluso, un burdel.
Mezquita fortaleza e isla de la Paloma
La mezquita fortaleza, también llamada Kaleici Camii, se confunde fácilmente con un palacio gracias a su enorme puerta delantera y su rica decoración interior. De arquitectura otomana clásica, es uno de los monumentos más impresionantes de Kuşadası y ocupa un área de 1800 metros cuadrados. La mezquita fue construida por Okuz Mehmet Pasa en el siglo XVII y exhibe impresionantes pinturas al óleo y vidrieras, además de imponentes columnas y una cúpula bastante grande. Uno de los lugares más bellos de Kuşadası es Güvercinada o la “isla de la Paloma”, unida a tierra firme por una calzada y sede de una fortaleza bizantina construida para ahuyentar a los piratas y reconstruida más adelante por Barbaros Hayrettin Pasha, un famoso almirante de la Marina otomana. La visita a edificios históricos se combina con divertidas compras en el barrio de Kaleiçi.
El Gran Bazar y la playa de las mujeres
El Gran Bazar de Kuşadası, uno de los más extensos de Turquía, es un paraíso para las compras situado en el centro de la ciudad, justo frente al puerto. Abre casi todos los días desde la mañana temprano hasta la medianoche. Aquí podrá encontrar una enorme variedad de tesoros, desde ropa, gafas, bolsos y joyas, hasta alfombras, mobiliario e, incluso, vestuario para la danza del vientre. La ciudad también alberga el Bazar Oriental, un mercado al aire libre situado junto al Gran Bazar. Si desea disfrutar del sol, diríjase a la playa. La playa de las mujeres, llamada Kadinlar Denizi en turco, era de uso exclusivo para féminas durante el periodo otomano, aunque en la actualidad su arena dorada, sus aguas calmas y sus instalaciones deportivas están a disposición de todo el mundo. El paseo marítimo bordeado de palmeras también es un lugar ideal para realizar compras o, simplemente, contemplar la puesta de sol.